22 mar 2016

"Estoy harta de intentar ganarme el corazón de la gente"...
Esta es una demoledora frase que Claire Underwood, (Robin Wright) pronuncia con una mirada y una expresión en el rostro tan gélida, que estoy convencido que todos los que la hayan escuchado en el capítulo 13, el último, de la cuarta temporada de "HOUSE OF CARDS" sintieron el mismo escalofrío que yo.
Todos los que nos enganchamos a esta magnífica serie desde el primer capítulo, sabíamos que el personaje de Claire nos iba a dar mucho juego, muchas alegrías, y numerosas y tremendas sorpresas. En esta cuarta temporada, sin duda ha sido ella la gran protagonista, por encima incluso de su peculiar marido Frank Underwood (Kevin Spacey).

El matrimonio Underwood son una perfecta sociedad, que comparte objetivos y ambiciones... Dos monstruos unidos por el mismo fin, el poder, como sea y a costa de quién sea, sin flaquezas, sin piedad... Sin corazón. 
No tenía demasiadas expectativas con esta cuarta temporada, ya que soy de los que piensan que mantener una trama notablemente después de más de treinta episodios no es tarea fácil, pero una vez más los guionistas de "House Of Cards" se han superado. 

Son varios los personajes que darían para un post, y un juzgado de guardia... pero esa estirada Claire con falda de tubo y tacones, esa maravillosa hija de puta, una vez más me deja estupefacto.

1 comentario:

Uno dijo...

No sabía que la protagonista de HOC era palmera furibunda hasta la sangre. Con lo que me gusta el flamenco. Ahora si que la veo.