El director Xavier Giannoli ha recopilado algunos elementos de la singular Florence, como su inmensa pasión por la música y la ópera, sus ansias por ser una diva de la lírica, y su carencia total de facultades, cantando como rana...
Pero el entorno en el que se desenvuelve la historia de Marguerite Dumont es muy diferente al de Foster Jenkis.
M. Dumont es una aristócrata adinerada, interpretada magníficamente por Catherine Frot, que vive a las afueras París y organiza conciertos benéficos en su impresionante mansión, para un buen número de hipócritas nobles que aborrecen y destetan su horrible forma de cantar, pero admiran y les interesa mucho su dinero y sus bonitas fiestas.
La vida está llena de personajes muy similares a Marguerite, seres sin el menor talento, que gracias a su privilegiada situación económica consiguen hacer realidad sus fantasías artísticas.
Además de estar rodada con una enorme exquisitez y buen gusto, Xavier Giannoli no solo se compadece de todos esos pobres artistas ricos frustrados, también hace una excelente critica a todas esas sanguijuelas y roedores que sin demasiados escrúpulos adulan sus fatales obras... Sin olvidarse de esos críticos snobs y trasnochados, especialistas en distintas artes, que en sus delirios, muchas veces cargados también de frustración, se empeñan en alabar y engrandecer, lo que carece de todo mérito.

2 comentarios:
Me gustó mucho la actuación de Catherine Frot en un papel de matices muy difíciles.
Recuerdo también una versión teatral de la vida de Florence protagonizada por Llum Barrera que era todo lo contrario: gamberra con la sola intención de hacer pasar un buen rato. Lo pasé.
Supongo que la peli de Stephen Fears con Meryl Streep también será más gamberra y sobretodo más autobiográfica, deben estar a punto de estrenarla...
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