1 abr 2019

 Brett Anderson publicó en 2007 su primer álbum en solitario, después de su supuesta desintoxicación y su vuelta con SUEDE, el grupo con el que consiguió ser una estrella mundial, perfecta simbiosis entre Bowie y Morrissey...
El álbum en cuestión obtuvo unas pésimas críticas y tampoco fue ningún éxito comercial. Pero a mí me gustó mucho, y aunque hay temas un poco sobrecargados de drama, más estético que ético, el disco en general me acompañó durante muchos kilómetros en mi coche, que es uno de los lugares donde más disfruto escuchando música. 

Precisamente ha sido en ese lugar, donde después de algo más de diez años me he vuelto ha reencontrar con esta estupenda obra de Brett...
Lo de acumular música en Mp3 te da ese tipo de sorpresas, cuando menos lo esperas aparece de nuevo en tu vida un disco que ya casi ni recordabas.

En ocasiones esa experiencia es un poco traumática, pues alucinas de que esas canciones en algún momento del pasado te pudieran gustar, pero en otras, como me ha sucedido con el primer álbum de Anderson, te alegras mucho de disfrutarlas de nuevo. 
Este además es un disco perfecto para esta época del año, contiene esa dosis perfecta de melancolía y romanticismo, ideal para estos días.

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