Aunque toda la historia es bastante retorcida y espeluznante, hay un punto en el que te solidarizas con algunos gestos y reflexiones del protagonista, debe de ser por esa delgada línea que separa el bien del mal... supongo,
“Colorado” lo llamaban de manera provocativa los muchachos del barrio, mofándose de sus rizos, su belleza a lo Marilyn, sus maneras casi femeninas y su ropa cara. Hijo único de Aída, una inmigrante alemana, química de oficio que nunca ejerció, y de Víctor, un inspector viajante de la General Motors, Robledo fue un chico difícil. Admitió haber robado por primera vez a los 11 años y estuvo internado en un reformatorio.
Carlos Eduardo Robledo Puch se despierta en la misma celda de siempre. El asesino múltiple más escalofriante de Argentina es el decano de los reclusos de Sierra Chica, una prisión de máxima seguridad a 350 kilómetros al suroeste de la ciudad de Buenos Aires."

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